'Un minuto de silencio para Bolívar...' el canto del plantel atigrado en el festejo

Una vez que el árbitro pitó el final del encuentro y que el plantel atigrdo celebró frente a su gente en el Estadio Hernando Siles, la algarabía continuó en el vestuario a través de bailes, pizzas y bebidas en celebración de un título que se tardó siete años en volver a conseguir. Como la Federación Boliviana de Fútbol había advertido que la copa la entregarían en la última fecha, los jugadores dieron la vuelta olímpica con el trofeo del año 2016, que había sido su último título conseguido.

El Tigre festejó a lo grande la obtención del campeonato tras siete años de sequía. Tuvieron que pasar muchos torneos, muchos segundos puestos, alguna liga injusta y un tercer lugar para que el Tigre, finalmente, quede en lo más alto de la tabla de posiciones. 

Los festejos íntimos comenzaron con pizzas y bebidas. Los jugadores, extasiados, comenzaron a bailar cumbia, se daban abrazaos, hacían videos en vivo a través de sus redes sociales y, por supuesto, le dedicaban el triunfo a Bolívar, su eterno rival, a través de los clásicos cánticos folklóricos que rezan: ‘un minuto de silencio para Bolívar que está muerto’.

Diego Wayar fue uno de los players más mimados, ya que tras su expulsión en el ocaso del cotejo, el hombre aurinegro no pudo contener las lágrimas de impotencia producto de lo que él mismo consideró como un error propio que provocó dejar a su equipo con 10 jugadores en cancha. ‘Este club es mi casa, me encariñé, aprendí a no rendirme nunca. Sabe que amo a The Strongest. El título lo merecíamos hace mucho y lo conseguimos’ declaró Wayar. 

Los festejos en el vestuario y en las calles

Luego de cenar, beber, celebrar, abrazarse y dedicarle canciones a Bolívar, el plantel salió en caravana a las calles de La Paz para continnuar festejando el título junto a los fanáticos.