Por Fabian Muñoz
Aunque suene algo extraño, en Arabia Saudita son demasiado fanáticos del fútbol, tal es así que por ejemplo, muchos hinchas inmortalizaron el triunfo ante Argentina, posterior campeón del mundo, en el debut de la Copa del Mundo de Qatar. Mundial, que por cierto llevaron muchos aficionados y aún sueñan con organizar el de 2030.
Justamente, luego del mayor torneo a nivel selecciones del mundo, Cristiano Ronaldo, uno de los mejores deportistas de la historia, recibió una oferta irrechazable de 200 millones de dólares por dos años para jugar en Al-Nassr. Como era de esperar, aceptó y junto a su familia comenzó una nueva vida tal vez en un destino exótico, pero lleno de lujos.
Sin embargo, la locura por la llegada del portugués a tierras árabes es total. Nunca pudo realizar actividades extra, pero en Arabia Saudita no puede siquiera salir de su mansión. Los aficionados están obsesionados con CR7, tal es así que lo siguen a todas partes e incluso colmaron los 25.000 lugares del estadio azul y amarillo en su presentación, y cada fin de semana.
Al arquero de Bolívar le ocurre algo similar a lo de Cristiano Ronaldo desde su llegada a Bolivia. El guardametas con mas partidos en la Selección de Bolivia es perseguido por los aficionados celestes y muchos otros que también quiere su firma o fotografía con el golero. Sin embargo, a diario se ven muchas imágenes del ex Boca Juniors abrazando o saludando a las personas que lo detienen.
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