Por Fabian Muñoz
El Estadio Municipal de Quillacollo es testigo del duelo entre Universitario de Vinto y Bolívar por la ida de los cuartos de final de la Copa Tigo. La Academia ya ha clasificado a la Copa Libertadores de América, por lo que juega por el honor de obtener un título antes del cierre del año. U. de Vinto, por su parte, busca clasificar a un certamen internacional.
La Copa Tigo le asegura al campeón del certamen un lugar en la Copa Libertadores 2024 como Bolivia 4 y el conjunto que sale segundo, ingresa directamente a la Copa Sudamericana como Bolivia 1. La Academia ya obtuvo su pasaje al certamen internacional más importante de América a nivel clubes, debido a la cantidad de puntos que obtuvo en la tabla anual acumulada.
A pesar de haber logrado el objetivo de clasificarse, el plantel académico, con Wálter Flores y Vladimir Soria a la cabeza, quiere coronar el año con un título, ya que la liga ha sido asegurada por su clásico rival, The Strongest.
Para este cotejo, el conjunto de La Paz recuperó a Leonel Justiniano de su lesión en el ojo y los técnicos interinos pusieron todo lo mejor en la cancha, con la mira en obtener la victoria. Universitario de Vinto, por su parte, también juega con toda la carne en el asador, teniendo en cuenta que suma posibilidades de clasificarse, al menos, a la Copa Sudamericana del año entrante.
Tras un primer tiempo aburrido en el que ambas escuadras no se sacaron diferencias, Bolívar arrancó la segunda etapa con todo, poniendo a Olivares, el portero de Universitario, a prueba en varias ocasiones. Lo que no mejoraba era el césped. Los jugadores pisaban y pedazos de pasto saltaban por el aire. A los 8 minutos del complemento, una gran jugada colectiva entre los players académicos derivó en el primer gol del partido: Ramiro Vaca abrió la cuenta.
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