Por Agustin Zabaleta
El próximo 16 de febrero dará inicio un nuevo año en el campeonato local y, más allá del entusiasmo y el mercado de pases, hay un punto que genera conflicto entre los clubes y los jugadores. Tal es la gravedad que corre riesgo el comienzo del torneo.
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Las deudas son los males que complican el inicio de temporada y este 2024 no será la excepción. Apenas dos de los 17 clubes que disputaron la temporada 2023 están al día, que son Bolívar y The Strongest, las dos entidades más grandes del país y con mayor ingresos por socios y convocatoria.
Los años pasan y este problema perdura, algo común en la gran mayoría del fútbol sudamericano. Pese a eso, la Federación Boliviana de Fútbol (FBF) ha recibido alrededor de $36.000.000 de dólares por derechos de televisación por parte de la empresa Telecel (Tigo), que patrocina la liga. Más allá del dinero, las malas administraciones tambalean a los clubes.
La Federación Sindical de Futbolistas Profesionales de Bolivia (FABOL), en su reporte de deudas, actualizado al 8 de enero de 2024, comunicó a los clubes deudores, siendo los descendidos los de peor situación. Vaca Díez debe entre 3, 4 y 5 meses, Palmaflor, 4 meses, y Libertad Gran Mamoré 3 y 4 meses.
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