Se terminó el idilio, un histórico del fútbol boliviano busca nuevos rumbos

No aguantó otra derrota: Erwin Sánchez presentó su renuncia a la dirección técnica de Oriente Petrolero tras la caída por 1-2 ante un Royal Pari con diez hombres (similar a lo que había ocurrido en el partido con Estudiantes de La Plata por Copa Sudamericana). Esta vez la dirigencia del Refinero aceptó su determinación y confirmó su salida.

Sánchez había asumido el mando del primer plantel verdolaga en noviembre de 2020. Es decir, hace casi dos años y medio. En total, dirigió al Refinero en 93 partidos, cosechando 39 victorias, 19 empates y 35 derrotas, y sin conseguir mucho en materia de objetivos. Su máximo logro fue clasificar dos veces a la fase de grupos de la Copa Sudamericana.

El presidente del club, Ronald Raldes, lo respaldó en más de una ocasión, incluso cuando puso su cargo a disposición, y tenía la intención de que se mantenga en el cargo hasta el final de su mandato, pero esta vez no le quedó otro camino que aceptar su renuncia. Su gestión también se vio desgastada por los malos resultados de los últimos años.

La relación de Sánchez con la hinchada, por otro lado, tampoco era de las mejores. En su momento, el ahora ex técnico albiverde lo hizo saber públicamente, y llegó a referirse con insultos y términos despectivos a un sector de la barra con el que estaba enfrentado. Por este tipo de actitudes, el público presente en su último partido se sumó al pedido por su salida.

Una mancha imborrable

Además de no haber estado a la altura de las expectativas en líneas generales, Erwin Sánchez fue protagonista de una noche muy oscura para Oriente Petrolero. Esto sucedió en mayo del año pasado, cuando el equipo perdió 1-10 ante Fluminense por la Copa Sudamericana en una de las goleadas más holgadas y humillantes en la historia del fútbol sudamericano.