Quería que su equipo fuera como el de Marcelo Gallardo y lo echaron en seis meses

El proceso de los entrenadores es difícil muchas veces. Cuando los resultados no son positivos, lo fácil es interrumpir sus contratos, ya que despedir a uno es más sencillo que a varios (hablando de los jugadores). En ese caso, los futbolistas tienen sus privilegios ya que con levantar un poco el nivel en diversos torneos tienen la chance de continuar, mientras que los directores técnicos al tener algunos partidos malos son despedidos de su cargo. 

En este caso, Bolivia suele padecer esos procesos, ya que el rendimiento de la Liga Tigo no es tan buena como es esperaba. Aun así, varios equipos se las ingenian para mostrar un buen nivel. Como es el caso de The Strongest, aunque también padeció la salida de Ismael Rescalvo, quien parecía iba a quedarse por mucho tiempo en el Tigre. Luego arribó rápidamente Claudio Pampa Biaggio, quien tiene experiencia corta pero contundente en The Stronget, ya que los pocos meses que estuvo, pudo salir campeón.

En otros casos, los procesos suelen respetarse muchas veces por los resultados. Un ejemplo claro es el de River con Marcelo Gallardo como entrenador. El director técnico que dejó de dirigir el año pasado, tuvo un lapso de ocho años y medio dirigiendo al equipo Millonario, pero su trayecto fue muy positivo. Estuvo solo dos años sin ganar títulos oficiales, en 2020 y en 2022. De esta forma, terminó un ciclo maravilloso en Núñez, cambiando la perspectiva del equipo y haciéndose respetar en Sudamérica.

Hubo muchos entrenadores que empezaron a tener a Marcelo Gallardo como figura representativa, como por ejemplo su actual sucesor en River, Martín Demichelis. En la liga de Bolivia, un entrenador quiso seguir ese legado de los proyectos largos. Si bien no tenía el equipo con el que contaba el Muñeco, este director técnico quiso plasmar tanto su juego como su método de trabajo y no le terminó saliendo.

¿De quién se trata? 

El entrenador es Daniel Brizuela. El argentino asumió en Palmaflor a principio de año. Quería aprovechar los días de trabajo para poder desarrollar un equipo que juegue bien, pero los malos resultados le impidieron seguir trabajando. Es así como la directiva del equipo lo despidió sin cumplir siquiera seis meses de contrato.