Por Fabian Muñoz
En un mundo manejado por el dinero y por los intereses, todo fichaje de un jugador que pasa de un club a otro significa un movimiento de billetera importante que a veces alcanza cifras tan inmensas que terminan siendo números de fantasía para muchos.
Un ejemplo de esta situación es el caso del francés, Kilyan Mbappé, campeón del mundo en 2018 con su selección, por quien el PSG había desembolsado al Mónaco la suma de 180 millones de euros. Por otro lado, tenemos el caso de Phillipe Coutinho, el fichaje más caro de la historia del Barcelona, club que llegó a pagar 160 millones de euros para hacerse con el jugador.
A pesar de que la mayoría de las grandes sumas de dinero provienen de Europa, muchos jugadores sudamericanos son los que terminan pagándose a precios tan desorbitantes. Y es así que un brasileño tiene el récord de haberse convertido en la transferencia más costosa de la historia. Hablamos de Neymar JR, el crack brasileño, ex compañero de Messi tanto en el Barcelona como en el PSG. Y es que el delantero, ex Santos, fue cedido al PSG, desde el equipo culé, por la increíble suma de 222 millones de euros.
Es claro que estas cifras dificilmente podrían manejarse en un continente como el sudamericano. Sin embargo, algunos mercados como el brasileño, manejan movimientos y sueldos altísimos que podrían minimamente compararse, a diferencia de la mayoría de sus países vecinos, como es el caso de Bolivia, específicamente del Bolívar, club que paga salarios bastante más bajos que los de su vecino Brasil.
El delantero que llegó esta temporada para reforzar al equipo dirigido por Beñat San José tiene hoy día un valor de 600 mil euros en el mercado y ganaría aproximadamente 800 mil dólares anuales.
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